
Ya no llora…Simplemente, ya no recuerda cómo se hace, porque ya no siente nada por nadie.
Clavó todos y cada uno de sus recuerdos, marcados en tinta, en cada centímetro de su cuerpo. Desde el primero hasta el último, con la misma rabia, tristeza, angustia y dolor que sintió cuando los vivió…Hace mucho tiempo.
Y ahora, se mira en el espejo y contempla su lienzo escrito en sangre, marcado en tinta, erguido en arte…
Escondido, tras un muro de cristal que se quiebra constantemente,
porque las lágrimas que esconde,
quieren y desean, salir.
MJ.J.CH